11 de febrero de 2010

Olympus E-3: una bestia parda



Recientemente he adquirido esta maravilla de cámara profesional de la casa OLYMPUS, con su grip HLD-4 y debo decir que estoy encantado con semejante equipo. Las sensaciones de solidez, fiabilidad y resistencia que transmite nada más cogerla por primera vez son escalofriantes. Sellada al agua y al polvo, construida en aleación de manganeso, esta bestia fotográfica ha sido diseñada específicamente para el campo profesional extremo, donde cabe esperar todo tipo de diabluras ambientales, así como posibles caidas y golpes, salpicaduras de barro, lluvia, nieve, etc. Cabe destacar la tecnología que incorpora dentro de esa coraza indeformable de manganeso. Su sensor TruePic III de última generación, su sistema de limpieza - funciona de verdad - ultrasónico y que otras marcas tratan de imitar desesperadamente sin éxito, el estabilizador de imagen que me permite tirar a 200 mm casi de noche y a 1/10, hacen que veas que estás ante una joya. Si además la combinas con ópticas de la serie Pro o Top Pro de Zuiko los resultados que caben esperar son espectaculares. También se acopla y trabaja perfectamente con lentes SIGMA, como mi querido 150 mm Macro 2.8, otra maravilla.

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